Años
atrás a los mencionados formó parte de
la Nueva Granada, después Virreinato de Santa Fe de Bogotá con los Estados
Mérida, Zulia y Barinas hasta que el Rey de España Carlos III mediante Real
Cédula de 1777 firmada en San Ildefonso nos incorpora al territorio de la
Capitanía General de Venezuela.
J.M. Crespo y Santiago Briceño escribían al General Jesús Muñoz Tébar en
enero de 1877: Este Estado se encuentra
de 70 a 80,7, 30 “ latitud boreal
y en la longitud de 40, 33’ 50,59’ al Oeste del meridiano de Caracas. Su
figura es muy regular; podría compararse al de una cabeza de toro sin
astas. Tiene todos los climas desde el
frío excesivo hasta los calores abrasadores de la zona tórrida, Se encuentran
toda clase de terrenos propios para el cultivo de tierras frías, templadas y
cálidas. Su terreno es quebrado, sin embargo existen en él espaciosos valles.
No faltan páramos solitarios, serranías cubierta de bosques o de gramíneas,
tierras cultivas y habitadas o bien incultas y desiertas, terrenos para toda
clase de cultivos, al igual para la cría de toda clase de ganados.(CHIOSSONE,
Tulio. Historia del Estado Táchira. Situación del Estado Táchira en el
territorio nacional. Caracas 1981. Págs. 17 -18)
El
Tachirense es único en toda la República, posee un alto concepto de sí mismo,
sabe guardar distancia de los otros, su actitud es reflexiva manifestando una
profunda comunicación con los demás; muy apegado a sus costumbres religiosas
recibidas del hogar, su hablar lo delata a leguas, dicen: “Es gocho”.
Sabe
esperar la ocasión propicia, su andar seguro, no se amilana ante el peligro,
asume retos. El tachirense en reflexivo, suelen llamarle taimado, cazurro,
agazapado o simplemente gocho.
El
Táchira es la región de los Andes Venezolanos donde mejor se encuentran
interiorizadas las prácticas religiosas de origen hispano.
El
Táchira siempre supo colocar su nombre en alto, nunca doblegó ante los
poderosos que desde Caracas imponían sus felonías, defendió sus posiciones,
luchaba por subsistir en medio del abandono del poder central; hizo llegar sus
productos como el café y el cacao hasta Europa sin pasar por Caracas, producía
sus campos para subsistir.
El
tachirense es acogedor, creativo, introvertido que lo lleva a ser cauteloso, no
se deja comprar ni explotar, su deseo innato es progresar no atesorar, le
interesa su crecimiento mental y moral. Defensor
a ultranza de la familia y de las relaciones que nacen de ella, el respeto a
los mayores, la solidaridad de los que provienen de un mismo tronco; en
cualquier parte del mundo donde estén se encuentran, se buscan y es un placer
estrechar esos vínculos.
El
tachirense es cortes y optimista, siempre consigue caminos, es práctico, pone
todo su corazón e ingenio en lo que proyecta y hace.
Es el
tachirense amante de las tertulias, de la música, del sancocho con los amigos y
de la parranda sana, paciente en las dificultades y fiel en la amistad.
Este es
el patrimonio que hemos laborado durante largos años de existencia como entidad
propia y tememos que estamos perdiendo este tesoro inapreciable dejando que
entes externos con un sinnúmero de razones para ellos quisieran destrozar y
acabar y llevarnos al común de los mortales, dejando atrás aquello que siempre
nos distinguió: "GOCHOS"
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