La Iglesia Católica hace esfuerzos sublimes en toda su estructura eclesial para que el Evangelio de Cristo llegue según su deseo hasta los confines del mundo. Mt. 28,19
El esfuerzo mayor se realiza en la catequesis de la iniciación cristiana con el fin de preparar a los niños a su primera Comunión y la Confirmación. Cuando se realiza una verdadera catequesis pre-sacramental de esta naturaleza es obvio que los catequizandos quedan entusiasmados a continuar con la búsqueda del conocimiento de la verdad plena sobre los grandes misterios de nuestra religión. Lo lamentable del caso es que la Iglesia no ha tenido una respuesta contundente a este ardor del corazón de los niños y jóvenes que acompañaron a Jesús en la catequesis. Luc. 24, 13 -35 y terminado el proceso de la primera comunión los niños y adolescentes quedan a la deriva.
El Catecismo de Perseverancia que presentamos busca llenar este vacío ofreciendo una ruta segura y cierta a esos soldados de Cristo y perfectos cristianos de que habla el Obispo cuando les administra el sacramento de la Confirmación presentando toda una ruta de incardinamiento de los adolescentes a las comunidades parroquiales por medio de los intereses válidos que manejan en su edad: el deporte, la cultura, la ciencia y la religiosidad, campo que fue trajinado ya en la época pre-sacramental pero ahora ofreciéndoles los diferentes campos de apostolado y de vivencias cristianas para su total incorporación a la parroquia, célula principal de la vida espiritual del adolescente y joven y donde necesariamente tendrá que realizarse como persona adulta y alcanzar los diferentes roles que la vida le depare, sea en la vida religiosa, sacerdotal, de familia o empresarial. Los retos están planteados solo debemos asumirlos.
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Cada pueblo por insignificante que sea es marcado por sucesos trascendentes o no que dejan huellas profundas en toda su existencia y los seres humanos los recuerdan sea para emularse o para marcar distancia por considerarlos perjudiciales. Esos hechos son los que tejen la historia (unidos) la historia de la humanidad. La ciudad de La Grita ha sido marcada en el campo religioso por la devoción y veneración al Señor Crucificado llamado cariñosamente el Santo Cristo del Rostro Sereno; otro tanto pudiéramos afirmar de la ciudad de San Cristóbal por el Santo Cristo de Limoncito. El pueblo creyente para dirigirse a las imágenes que representan la santidad de Dios y de Él recibe toda bondad y misericordia del Creador, ha hecho cotidiano dirigirse a esos Iconos de su religiosidad por medio de las NOVENAS. Se ha elaborado el instrumento que será muy útil a los fieles creyentes para invocar a Dios por medio de su Hijo Jesucristo Crucificado en la advocac...
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